Todo
en el Universo es vibración. Cada átomo, electrón, partícula elemental,
nuestros pensamientos, nuestra conciencia son solo vibraciones. Por lo
tanto, el AURA es una respuesta electro fotónica de un objeto, es la
fuerza electromagnética de distintas densidades que sobresalen del
cuerpo físico, vital, etéreo, mental, emocional y espiritual.
Está
constituida por la energía, que permanecen alrededor de nuestro cuerpo.
La capa áurica sobresale del cuerpo alrededor de un metro, en todas
direcciones.
La
propiedad más importante del aura es el hecho de que contiene
información sobre el objeto. El aura alrededor de las personas, plantas,
animales, cambia con el tiempo, el aura alrededor de las piedras,
cristales, agua es básicamente inmutable. Estos hechos han sido
corroborados por los científicos rusos que han empleado el efecto
Kirlian para estudiar el aura en los últimos 50 años. Estos científicos
en base a estos experimentos sugieren que nuestro DNA puede alterarse
influenciando el Aura. El aura y los chakras son dos maneras de expresar
la presencia de las energías cromáticas, dentro del cuerpo y a su
alrededor. El número de matices, tintes y tonos de un color es infinito,
como lo son los diferentes aspectos mentales, emocionales, físicos y de
la salud espiritual que aparecen en el aura en forma de colores. Cuando
sentimos una emoción, o tenemos una afección, nuestro cuerpo etérico
que está relacionado con el físico y con todos los demás, transforma la
energía a través de la corriente nerviosa y sanguínea y por los chakras.
Y según sea nuestra energía y estado, emitimos una energía: el Aura,
que queda reflejada en la fotografía Kirlian, o en el campo áurico,
visible por personas sensibles.
Cada
color o rayo básico tiene un matiz, y cada matiz tiene un significado
diferente. Las capas áuricas presentan dos, tres y hasta cuatro colores
diferentes. Podemos ampliar y magnificar nuestro cuerpo áurico con
buenas acciones, meditaciones, respiraciones profundas, con el canto, la
danza, amando, etc.
Algunos
de estos colores o rayos aparecen superpuestos al color predominante de
la capa áurica, y otros aparecen diseminados por todo el cuerpo áurico.
Los fenómenos del universo, son manifestaciones de diferentes
frecuencias de vibración.
Los
colores que se aprecian en el aura son distintos a los que conocemos
visualmente; ya que los colores áuricos son traslucidos, transmiten la
sensación de que están vivos y a veces tienen textura. En el pasado las
personas podían ver el aura a seres como Buda, Cristo y sus estudiantes
eran pintados con halos dorados alrededor de su cabeza, ya que algunos
artistas podían ver el aura. En Australia hay unas cuevas milenarias en
donde dibujaron a personas con halos dorados. La naturaleza nos
proporcionó todo lo que necesitamos para ver el aura, necesitamos
utilizar nuestros sentidos conscientemente para hacerlo.
El
mundo de la naturaleza es considerada una sinfonía de color que expresa
emanaciones de diversos rayos de luz, ya se trate de las delicadas
tonos de una alborada o de los vividos matices del crepúsculo, de los
tonos del arco iris o del sol de mediodía. Todos podemos ver el aura, es
nuestra firma espiritual. La ampliamos con las buenas acciones, el
canto, la respiración profunda, la meditación, la visualización
creativa. Aprendamos a trabajar con el aura, es nuestra afirmación y
enlace espiritual.